Cualquier cambio en la barrera cutánea debe observarse y tratarse con atención. Una molestia muy común, es la irritación de la piel, especialmente en el cuerpo, que puede causar enrojecimiento, picazón y ardor. 

¿Qué puede causar irritación de la piel?
Hay muchas causas posibles para esta irritación. Van desde hábitos cotidianos que no son los ideales, como utilizar productos no indicados para cada tipo de afección, hasta enfermedades de la piel y erupciones farmacológicas, e incluso factores emocionales.
A continuación, te contamos un poco más sobre cada uno de ellos. Sin embargo, siempre conviene recordar que si el problema es continuo se debe consultar a un profesional para enteder la causa y el mejor tratamiento.

Cuidados de la piel no compatibles con todo tipo de piel.
El uso de productos inadecuados en la rutina puede provocar el temido “efecto rebote” y la irritación, ya que cada tipo de piel tiene características diferentes y necesita cuidados específicos. Las personas con la epidermis más sensible, por ejemplo, deberían invertir en productos que fortalezcan la barrera cutánea.
Algunos componentes son más agresivos y, utilizados junto con otros elementos, pueden sensibilizar la piel. Por esto, las fórmulas de The Minimal Co tienen las concentraciones ideales, sin exceso de activos.

Enfermedades de la piel
Algunas enfermedades, como la dermatitis atópica, la urticaria e incluso ciertos tipos de alergias, afectan específicamente a la piel. Además de enrojecimiento y picor, provocan sequedad y lesiones, que pueden incluso facilitar la contaminación por bacterias. En estos casos, mantener la piel hidratada ayuda en el tratamiento y minimiza síntomas como el picor. Sin embargo, estos cuidados son sólo paliativos, ya que estas afecciones necesitan ir acompañadas de un profesional para tratar la causa del problema.

Factores emocionales
Otra causa muy común de irritación de la piel son los factores emocionales. Cuando el cuerpo se ve sometido a situaciones de estrés constantes, se produce un aumento en la producción de cortisol, también llamada “hormona del estrés”.
Como todo en el cuerpo, el cortisol tiene funciones positivas, como la regulación de la presión arterial y las funciones cognitivas, por ejemplo. Sin embargo, en exceso puede provocar reacciones adversas que afectan el metabolismo y el sistema nervioso e inmunológico. Una de las señales de alerta del organismo ante niveles elevados de cortisol es la piel, con la aparición o empeoramiento de irritaciones, alergias y acné. Algunas de las enfermedades más asociadas a factores emocionales son la dermatitis atópica y la urticaria, mencionadas anteriormente, además de la psoriasis.

Cambios ambientales
Los aspectos ambientales también tienen un impacto muy grande en la piel, que es el único órgano completamente expuesto a agentes sensibilizantes climáticos, como el sol y el viento. Por ello siempre se deben seguir los cuidados básicos de la piel: la limpieza, la hidratación y la protección solar deben estar presentes en la rutina.

¿Cómo puede la hidratación ayudar a tratar el problema?
La piel enrojecida o seca puede ser naturalmente más propensa a la irritación. En estos casos, la etapa de hidratación es aún más importante para preservar los lípidos y la retención de agua en el organismo.
Activos como el pantenol, la centella asiática y el aloe vera tienen un alto poder hidratante y ayudan a calmar la piel, dejándola más sana y suave. 

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